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Tosia Altman (1918 – 1943)

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 A los 11 años, Tosia Altman se unió al capítulo local de Hashomer Hatzair, que pronto se convirtió en el centro de su vida. A los 14 años fue seleccionada para ser consejera en el movimiento. Más tarde, recibió formación agrícola en Częstochowa y esperaba con impaciencia el día en que cumpliría su objetivo de emigrar a Palestina. Sin embargo, su traslado se retrasó por las necesidades del movimiento, que requería que continuara su trabajo en Polonia. En vísperas de la guerra, Tosia fue seleccionada para liderar un movimiento secundario que debía comenzar a operar en caso de estado de emergencia.
Justo después de la caída de Polonia en septiembre de 1939, Tosia se unió a la concentración de miembros de Hashomer Hatzair en Vilna. Ante los informes alarmantes sobre el destino de los judíos de Polonia, la parálisis de los capítulos del movimiento en el país y sus jóvenes miembros sin liderazgo ni orientación frente a las nuevas realidades de la ocupación alemana, ella fue una de las primeras en regresar a Varsovia ocupada. Tosia era una joven talentosa y sensible y, además de sus esfuerzos para reorganizar el trabajo del movimiento en condiciones clandestinas, publicó artículos en la prensa clandestina del movimiento y se convirtió en una de las emisarias más importantes del movimiento en los Guetos de toda Polonia ocupada. Sus viajes, todos realizados con documentos falsificados, estaban llenos de ansiedad y miedo. Solo al llegar a entornos judíos y sentir la presencia de sus compatriotas a su alrededor, la familiar sonrisa de Tosia volvía a su rostro, irradiando calidez y consuelo.
Después del establecimiento de la Organización de Lucha Judía, la ŻOB, enviaron a Tosia al lado ario de la ciudad para llevar a cabo la peligrosa y delicada misión de adquirir armas y contrabandearlas al Gueto. Ante cada rumor de una acción inminente, Tosia regresaba al Gueto, como lo hizo en la víspera de la festividad de la Pascua en 1943. En este punto, Tosia se integró al mando de la ŻOB y fue responsable de las comunicaciones con Antek Zuckerman, el representante de la ŻOB fuera del Gueto. Después de que los alemanes comenzaron a quemar las casas en el Gueto, Tosia, acompañada por Mordejai Anielewicz, visitó a sus camaradas heridos en el búnker de la calle 30 de Franciszkanska.
Tosia resultó herida durante el Levantamiento del Gueto de Varsovia en abril de 1943. Fue una de las pocas combatientes que lograron escapar del Gueto a través del sistema de alcantarillado después del descubrimiento del búnker en la calle 18 de Mila, donde los últimos combatientes de la ŻOB se habían refugiado. El 24 de mayo de 1943, se desató un incendio en el escondite de los combatientes, y algunos murieron en el incendio salvaje. Otros fueron capturados por policías y bomberos que llegaron al lugar. Tosia y una amiga llamada Shifra fueron detenidas y entregadas a los alemanes, quienes las llevaron al hospital. Después de unos días de tortura, ambas fallecieron a causa de sus heridas.
En un fragmento de la última carta codificada de Tosia a una amiga en Palestina, del 7 de abril de 1942, escribió: “El pueblo judío muere ante mis ojos y aprieto mis manos, incapaz de detenerlo".

 

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